El documento “Directrices y criterios para la restauración ecológica en España” ha sido publicado recientemente. Descubre más.

La restauración ecológica ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. En un contexto de crisis climática, pérdida masiva de biodiversidad y degradación generalizada de los ecosistemas, la restauración de la naturaleza se ha consolidado como una herramienta clave para garantizar el bienestar humano, fortalecer la resiliencia de los territorios y cumplir con los compromisos nacionales e internacionales en materia ambiental.
En este escenario, el nuevo Documento de Síntesis de las “Directrices y Criterios para la Restauración Ecológica en España” ofrece un marco técnico y estratégico para orientar los esfuerzos de restauración en nuestro país. Elaborado en el contexto de la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas, el documento se presenta como una herramienta fundamental para facilitar la aplicación del Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza, aprobado en 2024, que establece objetivos jurídicamente vinculantes para todos los Estados miembros de la Unión Europea.
Un proceso colaborativo para los humedales basado en la ciencia
El documento se basa en un proceso de discusión técnica desarrollado entre 2022 y 2023, que reunió a expertos de diversas disciplinas, representantes institucionales y profesionales del ámbito ambiental. El resultado es una síntesis de los conocimientos científicos y técnicos más actuales, junto con la experiencia práctica acumulada durante años de proyectos y actuaciones de restauración ecológica en España.
Aunque se trata de un documento de síntesis, condensa los principales aspectos del documento completo (actualmente inédito), con el objetivo de servir como guía para la planificación, ejecución y seguimiento de intervenciones de restauración, en coherencia con la legislación europea y con los objetivos de sostenibilidad y conservación de la biodiversidad a largo plazo.
¿Por qué es necesario un marco nacional para la restauración de la naturaleza?
La aprobación del Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza marca un antes y un después en la política ambiental europea. Este reglamento obliga a los países miembros a restaurar al menos el 30 % de los ecosistemas degradados para 2030, con objetivos que aumentan progresivamente hasta 2040 y 2050. Para cumplir con estos compromisos, es imprescindible contar con herramientas y estrategias adaptadas a la realidad territorial, ecológica y socioeconómica de cada país.
En el caso de España, este desafío presenta particularidades importantes: desde la enorme diversidad de hábitats y especies presentes en su territorio, hasta los distintos grados de presión antrópica sobre los ecosistemas, pasando por el impacto del cambio climático, especialmente en regiones mediterráneas. Este documento contribuye a dar respuesta a esta complejidad, ofreciendo criterios específicos y propuestas prácticas adaptadas a los diferentes tipos de hábitats y usos del suelo, y no solo en España.
Enfoque ecosistémico y territorial para la restauración de los ecosistemas degradados
El documento aborda la restauración desde un enfoque ecosistémico, considerando tanto los hábitats como los servicios que prestan a la sociedad. Analiza las necesidades y oportunidades de restauración en diversos tipos de ecosistemas:
Hábitats terrestres Incluye ecosistemas agrarios, forestales y urbanos o periurbanos.
Se destacan estrategias para recuperar suelos degradados, aumentar la conectividad ecológica, y fomentar prácticas agrícolas sostenibles compatibles con la biodiversidad.
Ecosistemas dulceacuícolas
Ríos, lagos, humedales interiores y llanuras de inundación son prioritarios debido a su papel en la regulación hídrica, la recarga de acuíferos y el mantenimiento de especies amenazadas. El documento promueve medidas como la creación de “esponjas” hídricas naturales en cabeceras y zonas inundables, combinando la restauración fluvial con la de humedales. Esta práctica no solo mejora la calidad ecológica del agua, sino que también ayuda a reducir los riesgos de inundación y sequía aguas abajo.
Ecosistemas marinos y costeros
Incluye marismas, estuarios, praderas marinas y hábitats litorales. El documento enfatiza la importancia de restaurar estos ecosistemas para mejorar la resiliencia costera frente al cambio climático, proteger la biodiversidad y mantener la productividad pesquera.
Medidas destacadas para transformar los ecosistemas
A lo largo del documento se recogen medidas concretas que orientan la acción a distintos niveles. Algunas de las más destacadas incluyen:
- Cartografía y restauración de suelos orgánicos drenados, especialmente aquellos que han sido transformados para actividades agrícolas, ganaderas o mineras. Se señala que muchos de estos suelos albergan humedales valiosos no protegidos, cuya recuperación aportaría beneficios significativos en términos de secuestro de carbono, biodiversidad y control hidrológico.
- Fomento de la restauración de humedales no contemplados en otras secciones del reglamento, reconociendo su papel crucial en la provisión de servicios ecosistémicos.
- Rehabilitación de turberas, marismas, pastos, bosques, matorrales y hábitats fluviales, que no solo aportan servicios ecológicos esenciales, sino que también representan soluciones naturales costo-efectivas frente al cambio climático.
- Integración de la restauración en políticas sectoriales, como la agricultura, ordenación del territorio, infraestructuras y turismo, promoviendo una gobernanza participativa y multisectorial.
Análisis coste-beneficio: ¡nos compensa invertir en restauración!
Uno de los aspectos más relevantes del documento es el análisis económico asociado a la restauración. En el escenario de restauración del 30 %, 60 % y 100 % de los hábitats del Anexo I de la Directiva de Hábitats para los horizontes temporales 2030, 2040 y 2050 respectivamente, se estima un beneficio acumulado cercano a los 1.860.000 millones de euros. Esta cifra representa hasta 12 veces el coste estimado de restauración, lo que demuestra que invertir en naturaleza no solo es urgente desde el punto de vista ecológico, sino también inteligente desde una perspectiva económica.
Los beneficios considerados incluyen la mejora en la calidad del agua, el secuestro de carbono, la regulación climática, la polinización, la fertilidad del suelo y el bienestar humano, entre otros.
¿A quién va dirigido este documento “Directrices y criterios para la restauración ecológica en España”?
El documento está pensado para ser útil y operativo para distintos públicos:
- Gestores de espacios naturales y técnicos de administraciones públicas, que encontrarán en él criterios claros para priorizar, diseñar y ejecutar proyectos de restauración.
- Responsables políticos y planificadores, que podrán alinear las políticas de desarrollo con los objetivos del reglamento europeo y del Plan Nacional de Restauración.
- Profesionales del sector ambiental, incluyendo consultoras, ONGs, centros de investigación y empresas especializadas en soluciones basadas en la naturaleza.
- Ciudadanía y colectivos locales, que juegan un papel fundamental en la vigilancia, mantenimiento y sostenibilidad a largo plazo de las acciones de restauración.
Relevancia para otros países de la UE
Aunque centrado en el contexto ecológico y normativo de España, este documento aporta enfoques, criterios técnicos y metodologías de planificación que pueden ser de gran utilidad para otros Estados miembros de la Unión Europea. Su carácter integrador, basado en la ciencia y la experiencia práctica, ofrece un modelo replicable para afrontar retos comunes en la implementación del Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza, especialmente en ecosistemas mediterráneos, zonas agrícolas transformadas y humedales degradados.
Una valiosa hoja de ruta para la acción
La publicación del Documento de Síntesis de las Directrices y Criterios para la Restauración Ecológica en España supone un paso decisivo hacia un modelo de desarrollo más sostenible, resiliente e inclusivo. Nos encontramos ante una oportunidad histórica para invertir en naturaleza, fortalecer nuestros ecosistemas y contribuir a un futuro en el que la biodiversidad, el clima y la salud humana estén en equilibrio.
Este documento no es un punto de llegada, sino un punto de partida: un marco dinámico que se actualizará con la evolución del conocimiento científico, el marco normativo y las necesidades de los territorios. Su implementación efectiva requerirá voluntad política, financiación adecuada, coordinación intersectorial y la participación activa de la sociedad en su conjunto.